¿Notas que ya no ves igual que antes?
A veces, nos acostumbramos a los pequeños cambios en nuestra visión.
Que cuesta leer. Que las caras no se ven tan nítidas. O que las letras parecen bailar en la pantalla del celular.
Lo dejamos pasar. Pensamos que son cosas de la edad o el cansancio.
Ana María, es la mamá de un amigo. De esas mamás de amigos que te conocen de toda la vida.
De esas mamas de amigos que 30 años después se acuerdan como te gustaba la chocolatada, o cual era tu galletita favorita,
-la de anillitos amarillo, no hay discusión-
Un día Ana María vino a consultarme bastante preocupada.
Llevaba meses notando que su visión empeoraba, y no quería ignorarlo más.
Al principio, no le dio importancia.
Pero cuando ya no podía reconocer con claridad los rostros de las personas cercanas, entendió que algo no iba bien.
Su diagnóstico fue: Maculopatía Asociada a la Edad.
Una enfermedad que afecta la parte central de la retina y puede impactar seriamente la calidad de vida.
Para ella, fue un golpe duro escuchar que no había cura.
Pero había algo que sí se podía hacer: detener su progreso con un tratamiento especializado.
Hoy, gracias a ello, hemos logrado estabilizar su visión. Ya reconoce los rostros y puede volver a preparar la merienda (ahora a sus nietos).
Y Lo que más lamenta es no haber consultado antes, cuando los primeros síntomas aparecieron.
A veces, el tiempo es la diferencia entre conservar una buena visión o vivir con limitaciones.
Si sientes que tu vista ha cambiado, no lo dejes para después.
Quizá sea solo un ajuste de lentes…
o tal vez necesites tomar acción antes de que sea tarde.
Haz tu consulta y cuidemos juntos de tu vista.
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